El blog de G€R

Aquí estoy otra vez maltratando a las teclas con mis pensamientos y derramando vida sobre mis manos, esperando ser capaz de poner en orden una vida un tanto variopinta, intento maniobrar en las sendas marcadas pero solo logro perderme, resultan “laberintos de un solo camino”…
¿Cómo puede ser que parece que no sucede nada?, es lunes, a las 8 de la mañana me despierta el sol, yo me levanto intentando seguir las rutinas de siempre y en el desayuno mis cereales con leche…no es que me apasionen (les falta chocolate) aunque siempre termino tomándolos, después de “inventarme” un aperitivo para el estomago, por lo general abro la puerta y escapo durante un rato, ya en las calles camino integrando poesía en mis pasos, la gente camina pero nunca escribe nada ese es el problema de siempre, perdimos el sentido de caminar que es escribir cada paso, cada flexión, cada tropezón, todos los movimientos posibles de nuestro andar, ahora solo se anda con prisas que no sirven para nada, muchos locos caminamos…

Días de fiestas en Langreo, un curso al que asistir una mañana de lunes, y muy pocas ganas hoy, la verdad. Este lunes un tanto atípico me pedía otras cosas y otros pequeños placeres que yo, estaba dispuesto a darle.
Entonces, después de tanto escribir, salí a dar un paseo en esta mañana tan soleada y, mientras caminaba terminé por cansarme y decidí ir a la piscina,  porque el sol apretaba hoy, y echarme boca abajo en el prado a tomar el sol. Observe tanto tiempo la tierra que me olvide del cielo, observe las hormigas y es realmente sorprendente descubrir como paso a pasito recorren distancias tan grandes y están tan organizadas, corren todo el día arriesgando su vida contra las prisas de los gigantes que rodean su camino, aplastándolas y matándolas, pero ellas no desisten, ¡son envidiables las hormigas y siendo tan pequeñas!… después de algunos minutos levanté la cabeza y me sentí observado, articule pensamientos tan tontos como si a la gente le importara lo que hace este tonto, es realmente gracioso como escribo esperando que nadie me lea.
Días de verano como este, pocos hay…mi siguiente destino fue la terraza del Espumeru, donde pedí ese café que, por su complejidad, no pido por pudor muchas veces, en una terraza, exprimiendo pensamientos que luego cuelgo aquí…
En pocas horas caerá la noche. Sin embargo, estas últimas noches siento una soledad insaciable y mi cama parece hacerse fría a propósito. Pensé que la de ayer sería una buena noche para desahogar los pensamientos que lloran así que me dispuse a encender el portátil y escribir un rato. Escribo una historia que he titulado “El llanto de la encina”, un proyecto que comencé hace ya 10 años y que…sigue sin terminarse. La falta de tiempo, la pereza, y una idea que se me atasca son mis excusas… Pero vaya, ese no es el tema. Me disponía a comenzar a escribir cuando alguien me mando un mensaje preguntándome por una canción que no recordaba y que, la verdad, aún no recuerdo. Me detuve a leer un momento un pedazo de su corazón que desahogo en una hoja de papel, tal vez electrónico pero, se quedó plasmado.
La verdad es que, por más que intenté no comprenderlo me fue difícil. Sencillamente creo que una persona expresa mucho de sí misma cuando escribe, lo digo porque me conozco, aunque sé que puedo equivocarme con ella.  Así, las palabras de muchas personas de mi entorno, me hacen ver espacios de soledad que hay en mi vida, y sus descripciones pequeños destellos de recuerdos de una vida que no acontecerá.  Me gusta, es agradable sentir como algunos pensamientos traspasan los míos y se quedan prendidos a ellos... Y entonces, me doy cuenta de que, a veces, mis pisadas no han sido más que pasos huecos.
Me senté en mi cama un momento a respirar algo del incienso que nunca encendí, intentando no quedarme dormido, contemplando los colores opacos y otoñales de las paredes de mi habitación, y…  ya no recuerdo más el sueño me venció.

GER